Hace exactamente cincuenta y seis años, la mañana del 17 de septiembre de 1959, el piloto de pruebas Scott Crossfield accionó el interruptor para encender los dos motores XLR-11 del X-15 que pilotaba, y comenzar así el programa de investigación de vuelo supersónico más exitoso de la historia, imprescindible para hacer realidad los vuelos espaciales tripulados que llegarían poco después.
North American X-15 en vuelo. Imagen. |
Lo cierto es que dos meses antes ya se había efectuado la primera prueba con un X-15. Fue un test sin propulsión realizado por el propio Scott Crossfield el 8 de junio de 1959. Era la culminación a un proyecto que había nacido años antes como un programa que tenía por objeto investigar todos los aspectos de los vuelos hipersónicos tripulados, usando un avión basado en un concepto que el antiguo general de la Alemania nazi, Walter Dornberger —que había trabajado con Von Braun en el proyecto de los cohetes V2—, había elaborado para la NACA. Las solicitudes de propuestas se publicaron en diciembre de 1954 para el fuselaje y en febrero 1955 para el motor. Finalmente el X-15 sería construido por dos fabricantes: North American Aviation se encargaría de la estructura del avión y Reaction Motors de los motores. Ambos se pusieron manos a la obra con a intención de hacerlo volar antes de 1960. Con el punto de mira en superar a los soviéticos en cualquier ámbito y, por tanto, disponiendo de un presupuesto elevado, el programa del X-15 era el sueño de cualquier científico interesado en la investigación aeroespacial.
Los vuelos del X-15 eran cortos, cada uno duraba unos diez minutos por lo que el avión usaba prácticamente todo su combustible en la aceleración. Ni tan siquiera debía despegar por sí mismo. Para las pruebas se fijaba bajo el ala de un B-52 de la NASA que despegaba con él y ascendía hasta situarse a una altura de unos 14.000 metros. Una vez allí el X-15 se soltaba de su anclaje y comenzaba su vuelo.
Instantes después del lanzamiento desde un bombardero B-52. Imagen. |
El piloto de pruebas de la NASA, Milt Thompson, recordaba su experiencia en su libro Al Borde del espacio:
«[El lanzamiento] era siempre una sorpresa, no importa cuántas veces lo hicieses. Tenías la sensación de que X-15 explotaba una vez fuera de los ganchos... Los pilotos no teníamos mucho tiempo que perder tras el lanzamiento. Tenías que conseguir que el motor se encendiese o abortar el vuelo. El problema era que lo tenías que lograr en cuestión de segundos porque caías rápidamente —alrededor de 12.000 pies por minuto—».
«[El lanzamiento] era siempre una sorpresa, no importa cuántas veces lo hicieses. Tenías la sensación de que X-15 explotaba una vez fuera de los ganchos... Los pilotos no teníamos mucho tiempo que perder tras el lanzamiento. Tenías que conseguir que el motor se encendiese o abortar el vuelo. El problema era que lo tenías que lograr en cuestión de segundos porque caías rápidamente —alrededor de 12.000 pies por minuto—».
Joe Walker llegó a 107.960 metros, una altitud no superada hasta 2004, cuando Brian Binnie alcanzó 111.996 metros en el SpaceShipOne. Los pilotos podrían aspirar a una altitud dada pero rara vez eran capaces de predecir con exactitud qué tan alto acabarían. El X-15 subía a una velocidad de 1.200m/s, por lo que si el piloto tardaba un segundo más o menos en apagar el motor, podía llegar o no a una altura jamás lograda por nadie.
Aunque desde el lanzamiento hasta tomar tierra el vuelo durase unos diez minutos, el tiempo con los motores a toda potencia duraba bastante menos, aproximadamente 85 segundos. Cada misión terminaba en un aterrizaje sin motor después de un descenso muy rápido —de manera similar a como lo harían después los transbordadores espaciales—.
Imagen. |
Debido a que la rueda del tren de aterrizaje delantero carecía de dirección y el tren de aterrizaje principal utilizaba patines, el X-15 tenía que aterrizar en el lecho de un lago seco. El Rogers Dry Lake cercano a las bases californianas de Edwards y Dryden —donde se realizaban las pruebas de vuelo— fue la ubicación de aterrizaje propuesta para todos los vuelos aunque también se seleccionaron otros lechos secos para el caso de aterrizajes de emergencia.
Durante los casi diez años del programa hubo tres accidentes. Dos de ellos se produjeron por causas relacionados con el sistema de motores [Vídeo] y en ambos casos los pilotos pudieron efectuar un aterrizaje de emergencia y salir vivos aunque heridos. Sólo un piloto del X-15 no consiguió aterrizar. El Mayor de la USAF, Michael Adams, falleció en 1967 cuando el avión se desintegró en un giro hipersónico poco después de la reentrada. El programa terminó al año siguiente.
Durante los casi diez años del programa hubo tres accidentes. Dos de ellos se produjeron por causas relacionados con el sistema de motores [Vídeo] y en ambos casos los pilotos pudieron efectuar un aterrizaje de emergencia y salir vivos aunque heridos. Sólo un piloto del X-15 no consiguió aterrizar. El Mayor de la USAF, Michael Adams, falleció en 1967 cuando el avión se desintegró en un giro hipersónico poco después de la reentrada. El programa terminó al año siguiente.
Accidente en noviembre de 1962. Imagen. |
El avión experimental, impulsado por cohete, voló en total 199 vuelos con 12 pilotos diferentes en los controles, desde 1959 hasta 1968. Durante este tiempo se obtuvieron datos esenciales de los efectos del vuelo hipersónico sobre el ser humano y la máquina que resultaron de gran valor para los investigadores aeroespaciales de la NASA, que los emplearía en sus programas futuros, incluyendo el desarrollo de un vehículo espacial reutilizable, el primero, que además era capaz de poner satélites en órbita y traerlos de vuelta a la superficie, el transbordador espacial.
North American X-15 - Youtube [3:49].
El North American X-15 es, todavía hoy, el avión más rápido jamás construido. Obtuvo este récord hace casi 50 años. el 3 de octubre 1967, cuando el Mayor de la USAF, William «Pete» Knight, voló a 7.274 km/h, Mach 6,72. Sin embargo no se trata de un récord oficial, al parecer para que así lo sea la aeronave debe hacer dos pasada (ida y vuelta) de 15 km a la misma altitud, algo que en las pruebas del X-15 nunca se hizo. El honor de ser el avión más rápido pertenece al Lockheed SR-71, que en 1976 llegó a una velocidad de 3.529 km/h. Desde entonces el súper-avión espía estadounidense ostenta el récord de avión fabricado en serie más veloz del mundo.
En 2004, la NASA consiguió batir todos los récords de velocidad, en lo que a vehículos impulsados por motores atmosféricos se refiere, con el vuelo del X-43A, que lanzado también desde un B-52 (poco antes de jubilar este modelo) alcanzó una velocidad de Mach 9,8 (unos 11.000 kilómetros por hora), lo que le permitiría dar una vuelta al mundo en unas cuatro horas —aunque el motor del X-43A está diseñado para funcionar durante sólo 10 segundos—. A diferencia del X-15, el X-43 es un avión no tripulado por lo que el récord, aunque no oficial, sigue perteneciendo al primero.
Si quieres saber más te dejo este enlace a la web de la NASA (en castellano): Programa de Investigación Hipersónico X-15. Otro: The X-15, the Pilot and the Space Shuttle (en inglés).
El SR-71 es considerado el avión más rápido del mundo como dice el artículo. No era experimental claro. Hay normas que seguir para lograr este record: que sea tripulado, por ejemplo. El X-43A superó al X-15 pero no iba tripulado por lo que no computa. Buen post
ResponderEliminarGracias. Lo que comentas es cierto y es un poco lo que se trata en la última parte del post.
ResponderEliminarMás que un avión era un misil tripulado :D
ResponderEliminarLa mayor velocidad alcanzada por un avión de fabricación en serie el la del blackbird como se dice. Aunque no sea un avión me gustaría saber cual es la velocidad que alcanzaba el transbordador espacial.
ResponderEliminardeberian perfeccionar estas excelentes maquinas, y con la tecnologia actual seria un excelente avio, me encanta esta pagina. saludos
ResponderEliminarClaro, con tan solo un par de minutos de vuelo hipersónico no podía de ninguna manera establecer tan preciado título, mientras que el SR 71 lo hizo incontables veces. Buena aclaración, me gusta tu información.
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