Lo que seguro que ya sabes es que durante años el tabaco no solo no se consideraba perjudicial sino que hasta se le atribuían propiedades benignas. Numerosos anuncios reclamaban sus bondades a la hora de hacer la digestión, aclarar la garganta o combatir el estrés. Desde los años 20 hasta bien entrados los 50, las compañías tabaqueras incluso utilizaron la imagen de médicos y profesionales sanitarios sin ningún tipo de remordimiento.
“¡La mayoría de los médicos prefiere fumar Camel!”. La campaña, lanzada a mediados de los años 40 por la compañía de RJ Reynolds, aseguraba que “decenas de miles de doctores” de todo el país preferían fumar Camel antes que cualquier otro cigarrillo. “La protección para tu garganta contra la irritación y la tos” aseguraban.
Tendrían que pasar todavía muchos años para que el escenario cambiara radicalmente. Corría el año 1970 cuando el Dr. Oscar Auerbach reveló que había estado experimentando con 86 perros de la raza Beagle. Les había hecho fumar durante meses y 20 de ellos habían desarrollado cáncer, 19 de los cuales morirían antes de finalizar las pruebas. Era, sin lugar a dudas, un experimento cruel pero no se trataba de un experimento cualquiera. Era la primera vez que se demostraba de manera científica el vínculo entre grandes animales expuestos al humo del cigarrillo y el cáncer.
El Dr. Auerbach había mantenido en secreto su trabajo y sus resultados cogieron a la poderosa industria tabaquera por sorpresa. Esta vió peligrar su negocio y pronto se apresuró a intentar refutar aquel estudio sobre los efectos nocivos de los cigarrillos y para ello, al igual que había hecho Auerbach, se embarcaron en un frenesí de pruebas con animales. Querían devolverle el golpe usando sus mismos métodos.
Fue en medio de esta controversia cuando Mary Beith comenzó a trabajar para ICI (Imperial Chemical Industries), una de las empresas contratadas por las tabacaleras para echar por tierra las conclusiones de Auerbach. Era el verano de 1974.
Lo que no sabían en ICI era que la recién contratada Mary era diferente de los demás trabajadores. Era periodista y había sido previamente contratada por el semanal Sunday People de Manchester para trabajar de incógnito en alguno de los diferentes laboratorios de investigación animal. A sus jefes del periódico les daba igual el laboratorio escogido para la investigación ya que debido al secretismo de todas estas instalaciones no sabían lo que se iban a encontrar en su interior. Fue ella quién, finalmente, eligió el laboratorio de ICI en Macclesfield por la sencilla razón de que era el que estaba más cerca de su casa.
En ICI también trabajaban con Beagles. Buscaban un cigarrillo "saludable" y demostrar que fumar era sano o al menos no era perjudidial (o no tanto como afirmaba el Dr. Auerbach) y para ello a algunos de los 48 perros Beagle utilizados en su experimento se les hacía fumar hasta 30 cigarrillos al día.
Parte de su trabajo durante los siete días que pasó en los laboratorios consistía en atar a los perros, colocarles las eslingas y ponerles lo que ella llamaba camisas de fuerza. "Sus cabezas eran prácticamente inmovilizadas mediante unas tablas, me parecía un castigo propio de la Edad Media". "Llevábamos a los perros en carros a las plataformas de fumar, donde les colocaban máscaras, tubos y válvulas en sus caras" escribiría más tarde.
Para su verdadero trabajo, Beith llevaba una pequeña cámara oculta en su sujetador. A los pocos días de empezar llegó exultante, había conseguido hacer las fotografías. Pero cuando el personal del periódico fue a revelar la película, literalmente se rió de sus esfuerzos. "Recuerdo que uno de ellos me dijo: La próxima vez que hagas fotos de los perros, Mary, por favor, asegúrate de no poner los dedos sobre la lente!" Al día siguiente sacó la foto de arriba.
El documento gráfico estuvo guardado en un cajón del Sunday People durante algunos meses hasta que finalmente fue la portada del 26 de enero 1975. Coincidió con el popular libro de Richard Ryder en contra de la experimentación con animales, Las víctimas de la ciencia. Todo ello provocó fuertes reacciones a favor de los derechos de los animales, una conciencia que ya se había despertado varios años atrás. Así, en 1976, se fundó el Frente de Liberación Animal. Un nuevo activismo había comenzado.
En cuanto a María Beith, ganó un premio a la periodista del año por su trabajo de investigación y siguió trabajando en el Sunday People y posteriormente en el Sunday Mail. Irónicamente, la reportera más recordada por una historia antitabaco era una fumadora empedernida. Murió en mayo tras una larga batalla contra un cáncer de pulmón.
La foto de los beagles es muy dura. Muy buen post. Saludos.
ResponderEliminarEn su momento causó bastante conmoción. Además no es lo mismo ver experimentos en perros que en ratas por ejemplo, normal que el corazón se nos encoja un poco.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por tu comentario.
No estoy en contra de la experimentación con animales per se, es necesario para el progreso científico.....pero pobrecillos. Y en la de productos que seguro están detras este tipo de experimentos.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu blog. Felicidades.
Interesante entrada, nuy buena.
ResponderEliminar@Eva también creo que la experimentación es desgraciadamente imprescindible. Lo que pasa es que hubo un tiempo en que todo valía. Hoy, al menos, existe legislación al respecto. Otra cosa es que los mínimos se cumplan. Y en cualquier caso no deja de ser cruel quemar ojos de conejos para que nos piquen menos los nuestros al usar champú, por poner un ejemplo.
ResponderEliminar@Logio, gracias y un saludo.
Como siempre, una entrada tan curiosa como interesante. Recibe un fuerte abrazo,
ResponderEliminar¡Max, que alegría verte por aquí!
ResponderEliminarAunque soy la persona menos indicada para decírtelo...impaciente por leer algo tuyo, jeje.
Otro abrazo.
Vaya...precisamente tengo un beagle...¡Muy buen artículo!Como casi todos. Un abrazo
ResponderEliminarJavi
Hola Javi.
ResponderEliminarLos beagle son unos perros excepcionales y en la actualidad todavía son los perros más utilizados en la experimentación con animales. Eso sí, ahora la experimentación con perros supone un porcentaje bajísimo del total (al menos en la UE).
¡Un abrazo!
Genial historia! me servirá para mi clase de Ciencia, Comunicación y Sociedad.
ResponderEliminarValió la pena dejarte en mi RSS hasta que revivieras el blog... gracias!
Claro que valió la pena :D Si además solo fueron tres añitos de nada sin publicar. Lo que yo llamo unas minivacaciones.
ResponderEliminarUn saludo Paco.
Solo diré, q acabo de venir de abrazar a mi Beagle, grax a Dios q el sta sano y no pasa x nada d eso, saludos desd Panamà! Muy buen blog :)
ResponderEliminarno somos dioses...solo unos torturadores, no creo en la evolucion de la ciencia dando dolor
ResponderEliminar