Era la tarde del 5 de junio de 1989 cuando se captó la imagen que daría la vuelta al mundo, sin pasar por China. Un hombre, solo, impávido, hacía frente a una columna de blindados del Ejército Popular de Liberación en la pequinesa avenida Chang'An Dà Jie (Gran Avenida de la Paz Eterna, paradojas de la historia). En una conmovedora protesta individual, horas después de que cientos de jóvenes murieran bajo las cadenas y los proyectiles de esos mismos acorazados, un desconocido, cargado con dos bolsas de la compra, les desafiaba.
La imagen fue captada al mismo tiempo por cuatro fotógrafos desde los balcones del Hotel Beijing, junto a la plaza de Tiananmen: Arthur Tsang Hin Wah para la Agencia Reuters, los estadounidenses Jeff Widener, para Associated Press y Charlie Cole, para la revista Newsweek, y el británico Stuart Franklin, de Magnum, para la revista Time.
Fotografía tomada por Arthur Tsang Hin Wah [Fuente]
Era mediodía cuando los tanques entraron en Chang'An pero las protestas que acabaron en la masacre de Tiananmen habían empezado siete semanas antes. Las manifestaciones fueron un estallido de diferentes frustraciones, fruto de unas expectativas creadas por las reformas que se habían prometido y no se habían materializado.
Fotografía menos conocida y que muestra una perspectiva más amplia del gran número de carros de
combate obligados a detenerse durante unos minutos. [Fuente]
Los actos de protesta no estaban motivadas por una sola causa. Las razones del descontento eran varias y los manifestantes provenían de diferentes grupos. Desde 1978, Deng Xiaoping había liderado una serie de reformas políticas y económicas que conllevaban el establecimiento gradual de una economía de mercado y cierta liberalización política que distendía el sistema establecido por Mao Zedong. A principios de 1989, estas reformas políticas y económicas habían llevado a dos grupos a una insatisfacción con el Gobierno. El primero incluía a estudiantes e intelectuales, que pensaban que las reformas no eran suficientes y que China necesitaba modificar su sistema político. Tenían la opinión además, de que el gobierno del Partido Comunista era demasiado represivo y corrupto. Por otro lado existía un segundo grupo, constituido principalmente por obreros industriales de las ciudades, que creían que las reformas habían ido demasiado lejos. Lo cierto es que las reformas económicas habían empezado a causar inflación y desempleo, lo que, creían, amenazaba su forma de vida. Se pueden argumentar todavía más causas, desde luego, pero, sin lugar a dudas, el fallecimiento del reformista Hu Yaobang en el transcurso de una reunión del Partido el 15 de abril de 1989, actuó como un desencadenante. Las protestas finalmente fueron aplastadas de forma inhumana. [+Info].[En imágenes].
"El hombre solitario me va a fastidiar la composición de la foto"
Widener, justo antes de congelar la gesta del desconocido,
según explicó posteriormente en una visita a Pekín.
Fotografía tomada por Jeff Widener [Fuente]
Las cadenas televisivas CNN y BBC captaron también a aquel valiente joven, que parecía venir de la compra y que de pronto decidió hacer frente a la columna de tanques. Le cortó el paso y se encaramó a la torreta del primero de ellos para hablar con el soldado de su interior, hasta que tres hombres se lo llevaron y fue engullido para siempre por la historia. [Video: Tank man did not die in Tiananmen Square]
Es un milagro que la foto se vea nítida. "Sólo disparé tres veces", recuerda Widener, a quien todavía le escuece que esa foto no le diera el Pulitzer de 1990, en el que quedó finalista.
Fotografía tomada por Charlie Cole [Fuente]
Mejor fortuna tuvo la de Charlie Cole, ya que la imagen le valió un World Press Award en el 89. "Tomé la foto con una Nikon y una lente de 300 milímetros, desde un balcón que estaba muy lejos, a unos 200 metros de la escena", desde la habitación de Stuart Franklin, en la octava planta del hotel, explicó Cole, de 54 años. Ambos vieron como un hombre con una chaqueta y una bolsa se enfrentaba en solitario a la columna de tanques que descendía por la avenida Chang'An. Los dos reporteros empezaron a disparar sus cámaras hombro con hombro tristemente convencidos de que en breve acabaría muerto.
"Me sentí honrado por estar allí. Él creó la imagen, yo sólo tomé la foto"
Charlie Cole
En el año 2009, cuando se cumplía el 20 aniversario de la masacre de Tiananmen, Terril Jones publicó una fotografía inédita en el New York Times Lens Blog. En ella puede verse desde otro punto de vista al héroe anónimo, otro ángulo de tan histórico momento. Una foto más que muestra la valentía de un hombre. Una foto cuyo negativo permaneció durante dos décadas olvidado en un caja.
Foto tomada por Terril Jones [Fuente]
Y qué fue del héroe anónimo. Poco o nada se sabe de su identidad. El tabloide británico The Sunday Express afirmó que su nombre es Wang Weilin, un estudiante de 19 años. Sin embargo, la veracidad de esta información es dudosa.
Cole asume que se lo llevó la Policía secreta y fue ejecutado. Si está vivo, quizá alguien le haya contado que fue nombrado por la revista Time uno de los 100 personajes más influyentes del siglo XX y que su acción ha inspirado revueltas desde Indonesia a Ucrania. Lo único cierto es que no ha aparecido para reclamar su premio o recibir los aplausos. Unos los sitúan viviendo en el anonimato en alguna parte de la China rural, otros en el exilio de Taiwán y la mayoría bajo tierra, con su osadía concluida de un disparo en la nuca.
China ha vivido desde entonces una transformación sin precedentes, ha sacado de la pobreza a cientos de millones de sus habitantes y empieza a ocupar el sitio que merece entre las potencias del mundo. Pero Tiananmen sigue importando porque es el símbolo de lo que no ha cambiado en todo este tiempo: pensar diferente, y sobre todo hacerlo en voz alta, se paga todavía con la cárcel.
La tercera foto no la había visto antes,, y es impresionante lo que había detrás. Por cierto, siempre pensé que el del tanque podría haberle pasado por encima (no hubiese pasado nada, después de lo q habían hecho ya)y no lo hizo.
ResponderEliminarEsa foto con perspectiva tan amplia, yo no recuerdo haberla visto antes. Y la verdad es que me sorprendió.
ResponderEliminarY estoy de acuerdo contigo en lo de que el comandante del tanque podía haber decidido "tirar palante" y en vez de eso paró. Una persona haría eso, pero vdespués de lo que habían hecho casi sorprende sí.
Estas imágenes ponen la piel de gallina. Son las bolsas de la compra que le dan a todo esta escena un carácter absurdo.
ResponderEliminarMuy buena entrada. Saludos!
Es verdad lo del toque absurdo de llevar las bolsas en la mano. De hecho había escrito algo en referencia a eso y por algún motivo que ya no recuerdo no lo incluí en el post. Es, yo creo, algo que todavía le da más fuerza la acción.
ResponderEliminarUn saludo y gracias.
me da tristeza si es que fue ejecutado
ResponderEliminarEs triste la masacre que hicieron en ese momento, y ademas el control que tienen sobre los habitantes de china, les controlan el internet, y si alguien se atreve a dar una opinion diferente , el servidor de internet avisa a la autoridad de china y lo encarcelan.
ResponderEliminarNo existe libertad de expresion y ademas una gran parte de la poblacion es explotada y vive en la pobresa.
Es un acontecimiento que no debe pasar desapercibido, porque podria pasar en cualquier momento en otro pais.
Yo en cambio creo que las bolsas en la mano fueron las que le salvaron la vida, sus manos ocupadas lo muestran indefenso, y si en cambio llevara un palo o un libro, chao heroe solitario.
ResponderEliminar