El smog, palabra que mezcla smoke (humo) y fog (niebla), es la contaminación urbana causada por diferentes fuentes como la combustión de carbón para calefacciones. Este smog tuvo consecuencias catastróficas a finales de 1952. A principios de diciembre de ese año Londres sufrió una bajada de las temperaturas mayor de lo habitual. Para combatir el frío, los londinenses comenzaron a quemar más carbón que de costumbre y la contaminación generada, que normalmente se dispersaba en la atmósfera, quedó esa vez atrapada por una densa capa de aire frío. Hasta 12.000 personas morirían debido a ella.
smog de londres de 1952Algunas de las obras de sir Arthur Conan Doyle, con Sherlock Holmes como protagonista, transcurren en una ciudad de Londres envuelta en un espeso manto de niebla. Pintores como Claude Monet, que viajó a Londres entre 1899 y 1901, plasmaron en sus lienzos una densa niebla que a duras penas dejaba entrever los edificios de una ciudad gris y desdibujada. Sin embargo, y a pesar de esa imagen preconcebida que podamos tener, en Londres hay tanta niebla como, por ejemplo, en Girona: poco más de 15 días al año. La imagen que tenemos de una ciudad sumergida en la niebla se debe a la contaminación: el smog, palabra que mezcla smoke (humo) y fog (niebla), causado por la combustión de carbón que se utilizaba en calefacciones y fábricas.

Este smog, muy molesto de por sí, tuvo consecuencias catastróficas a finales de 1952. A principios de diciembre de ese año Londres sufrió una bajada de las temperaturas mayor de lo habitual. Para combatir el frío, los londinenses comenzaron a quemar más carbón que de costumbre y la contaminación generada, que normalmente se dispersaba en la atmósfera, quedó esa vez atrapada por una densa capa de aire frío.


Tower Bridge December 1952

De modo natural los componentes del smog se difunden hasta las capas altas de la atmósfera y no afectan a la vida terrestre. Sin embargo, durante esos días en Londres ocurrió un proceso de inversión térmica, en la que una masa de aire caliente se instaló sobre otra más fría (lo normal es que conforme subimos en altitud descienda la temperatura del aire) impidiendo que los gases contaminados ascendieran y se dispersaran en la atmósfera.


Las concentraciones de agentes contaminantes en el aire, en particular del humo procedente de la combustión del carbón, aumentaron de manera dramática. Entre el 5 y el 9 de diciembre fallecieron 4.000 personas, basicamente niños, ancianos y gente con problemas respiratorios. En los meses siguientes hubo otros 8.000 muertos por causa de la llamada Gran niebla o Niebla asesina. El problema se vió agravado porque el carbón empleado en calefacciones era de baja y muy baja calidad, con alto contenido de azufre (en época de posguerra el carbón de calidad superior, y por tanto el más caro, se destinaba a la exportación).
La niebla tóxica era tan espesa que el tránsito de vehículos por la ciudad se hizo muy difícil, cuando no imposible, afectó al servicio de trenes y provocó que se cerrasen los aeropuertos. Lejos de dispersarse, el smog pronto empezó a introducirse por todas partes. Una representación de la ópera La Traviata tuvo que ser suspendida en mitad de la función ya que la gente no podía distinguir el escenario. Se caminaba a ciegas por los pasillos de los hospitales y las escuelas se vieron obligadas a cerrar las aulas.


Las muertes durante la Gran Niebla se debieron, en la mayoría de los casos, a infecciones de las vías respiratorias o pulmonares (principalmente bronconeumonía, bronquitis aguda y bronquitis crónica) e hipoxia (bajo el nivel de oxigeno en la sangre).

Este espantoso episodio condujo a un replaneamiento de las normas sobre regulación de la contaminación atmosférica. Tras los sucesos de 1952, el gobierno alentó la eliminación del carbón como combustible para la calefacción. En 1956 se firmó el Acta de aire limpio y se prohibieron las combustiones por carbón. Así, desde la década de los 60, Londres dejó de ser la ciudad de la niebla.

Fuentes: I, II, III, IV.

Deja tu comentario: