El Parque Nacional del Bosque Petrificado, enclavado en el noreste de Arizona, posee la concentración de madera petrificada más grande del mundo. El parque tiene una extensión de unos 380 km2 y fue declarado monumento nacional en 1906 y parque nacional en 1962. La inmensa área que cubre incluye hasta seis "bosques'" diferentes, compuestos en su mayoría de especies extinguidas de secuoyas del triásico que vivieron hace más de 225 millones de años.
Los árboles, que murieron por causas naturales, quedaron sepultados bajo capas de sedimentos y el agua rica en sílice penetró en ellos haciendo que, poco a poco, las fibras de madera fueran sustituidas por sílice y otros minerales que terminaron convirtiendo los troncos en piedra.
Los troncos presentan un aspecto brillante y multicolor debido a la presencia de hierro, manganeso y carbón que tiñen la roca. Con el paso del tiempo las capas de sedimento han ido desapareciendo por efecto de los elementos naturales y los troncos han quedado al descubierto.
La madera petrificada puede conservar su estructura original con todo detalle, hasta el nivel microscópico, lo que le da a los científicos la oportunidad de estudiar especies desaparecidas hace millones de años. [+info].
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