marielitos miami 1980
En 1980, a los llegados en los primeros barcos desde el puerto de Mariel, se les «alojó», 
de forma provisional, en hangares de la base aérea Boca Chica. Flickr.

Embajada de Perú, abril de 1980.
El 1 de abril de 1980, el suboficial Pedro Ortiz Cabrera de 27 años, que custodiaba la embajada peruana, falleció cuando trataba de detener a un grupo de cubanos que habían estrellado un autobús contra la verja de la delegación del país andino en La Habana. Seis cubanos habían entrado violentamente en la embajada y habían pedido asilo diplomático. El gobierno peruano no se lo pensó demasiado y accedió a su petición.

En represalia, las autoridades cubanas retiraron la custodia de esa misión diplomática, provocando la entrada de más de 10.800 personas en cuatro días, permaneciendo en las instalaciones y los jardines durante varios días en espera de salvoconductos para salir del país.

El presidente de Cuba, Fidel Castro, encolerizado ante esa reacción, anunció la apertura del puerto de Mariel, a unos 40 kilómetros de La Habana, para quien quisiera emigrar del país. En aquel momento casi nadie pensó en que más de 125.000 cubanos saldrían del país en dirección a Florida. Cientos de embarcaciones, la mayoría procedentes de EEUU no tardaron en aprovechar la oportunidad que el gobierno de Castro les había ofrecido y se trasladaron al puerto de la isla para transportar a los cubanos que, voluntariamente, elegían emigrar.


Avergonzado ante tal avalancha de personas, el gobierno cubano llamó a los refugiados «escoria» o «basura», pero el caso es que entre abril y septiembre de 1980, decenas de miles cubanos transportados, de manera, muchas veces improvisada, por barco, llegaron a Florida desde el puerto de Mariel. Una gran parte de las más de 1.600 embarcaciones que los fue a recoger procedía de los EEUU. Alguna se quedó en el trayecto, llevandose la vida de sus ocupantes, pero la inmensa mayoría logró su objetivo, sacando de Cuba a los que el mundo conocería a partir de entonces como los «marielitos».



Esta situación tuvo repercusiones importantes para los Estados Unidos, que recibió a 125.000 personas en los cinco meses que el «puente del Mariel» estuvo abierto, y también para la imagen de Castro que habrían de durar años. El «éxodo» terminó oficialmente el 26 de septiembre de 1980, cuando soldados cubanos ordenaron a los últimos 150 barcos en el puerto de Mariel que lo abandonaran sin pasajeros.


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Desde entonces, la emigración cubana, tanto legal como ilegal, a Estados Unidos no ha parado de crecer. Para evitar incidentes similares, entre 1994 y 1995, los gobiernos de Cuba y EEUU firmaron unos acuerdos migratorios que comprometen a Washington a otorgar un mínimo de 20.000 visados anuales a ciudadanos cubanos.

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