El reciclaje en la Segunda Guerra Mundial

Campaña de recogida de metal en la Segunda Guerra Mundial
Estudiantes de Lincoln en una campaña de recogida de metal. Fuente.

La historia del reciclaje se remonta muy atrás en el tiempo. De una u otra forma el aprovechamiento y reutilización de los materiales ha estado presente desde los comienzos de la historia del ser humano. Los arqueólogos han puesto fecha a ese comienzo, han encontrado evidencias del origen del reciclaje, saben que ya se practicaba hace 13.000 años y desde entonces se ha dado de muchas maneras. Sin embargo, el reciclaje tal y como lo conocemos hoy es algo que se inició en el último siglo, y que tuvo su punto de inflexión con las necesidades bélicas de la segunda Guerra Mundial. Hoy, solo en EEUU, según el ISRI, la industria de reciclaje de chatarra transforma anualmente 150 millones de toneladas de materiales obsoletos provenientes de consumidores, empresas manufactureras y fabricantes de materia prima.

Y es que durante la Segunda Guerra Mundial uno de los objetivos más importantes de la administración Roosevelt fue preparar a la población estadounidense para un duro y largo esfuerzo bélico. El servicio militar acabó afectando a unos quince millones de hombres y mujeres, y a los que estaban en el llamado frente interno se les alentaba a aportar su granito de arena por medio de anuncios, historias en revistas, películas y programas de radio. Incluso estrellas de cine como Ronald Reagan, Robert Taylor o Clark Gable, que habían sido llamados a filas, trabajaron en Hollywood en varios proyectos, en los que el soldado americano se mostraba siempre como una figura heroica, entregado a la lucha por la libertad y los valores estadounidenses.

Niños aportando chatarra traída de casa. Con este tipo de escenas se buscaban. más que nada, concienciar. Fuente.

Hoist on truck used for loading scrap
Cargamento de hierro proveniente de reciclaje - Flickr.

En 1942 el país estaba inmerso en una guerra de proporciones nunca vistas, y dada la ingente cantidad de producción bélica necesaria, sufría una escasez de materiales que preocupaba mucho al gobierno. Particularmente escasos eran los metales, una materia prima que el país necesitaba con urgencia para fabricar todo tipo de armamento de guerra, desde granadas de mano y armas de fuego a tanques, barcos, e incluso aviones.

Como es habitual en la mayoría de las guerras, se instó a la comunidad civil a hacer su parte para apoyar los esfuerzos de guerra del país y como primera medida se organizaron campañas de concienciación y recogida a lo largo de todo EE.UU. En octubre de 1942, la War Productions Board encabezó una campaña con el objetivo de reunir 17 millones de toneladas de metal para ser utilizado por las fuerzas aliadas contra las potencias del Eje.

Rita Hayworth también ayuda al 
esfuerzo bélico aportando los
 parachoques de su coche. Fuente.

Se instó a que cualquiera entregase su chatarra mediante las scrap metal drives, poniendo a disposición lugares de recogida organizados a nivel local en escuelas y grupos comunitarios. Todos los estadounidenses estaban llamados a colaborar, y el gobierno no dudó en aprovechar el tirón de las celebridades del momento para animar a donar. Aunque, en general, los donantes no recibían nada a cambio con la entrega de ciertos tipos de metales se les compensaba con una pequeña suma de dinero.

Uno de los campos en que el gobierno motivaba a la población para que ayudase a sus héroes era el de ahorrar y reciclar material. Se les decía que si donaban una pala, con ella se podrían fabricar granadas de mano o piezas de un tanque; con los tubos de pintalabios se podían hacer cartuchos de bala, y hasta el papel de aluminio de los chicles podía valer para la construcción de aviones. Y así fue, muchos americanos colaboraron en su deber patriótico y numerosas donaciones de cacerolas, sartenes y otros objetos cotidianos de aluminio se reciclaron para convertirse en cazas y bombarderos. En tiempos de guerra el aluminio era un metal escaso y la práctica totalidad del disponible se remitía a la industria bélica de la aviación, pero cualquier metal era bien recibido.

Jake Sonner of the Salvage Committee unloading scrap metal, Salem, Oregon, 1942
Punto de recogida de metal en Salem, Oregon, 1942 - Flickr.

Decir que estas unidades tuvieron éxito sería quedarse corto. La gente acudió en masa llevando con ellos los más diversos productos que contuvieran metal, desde maquinaria agrícola hasta envoltorios de chicle pasando incluso por piezas históricas. El cañón de la guerra hispano-estadounidense de Fort Omaha fue uno de los objetos más destacados que  desaparecieron durante estas campañas.

Si bien no existe gran acuerdo sobre qué parte de la chatarra recogida en aquel momento fue realmente útil, es un hecho aceptado que estas campañas ayudaron en hacer que la población se sintiera más integrada en el esfuerzo de guerra del país y actuaron como una importante inyección de moral.


Carteles alentando a la población a que donasen sus objetos metálicos

El gobierno también se introdujo en el negocio de la moda dictando estilos que permitían ahorrar metal y tejidos para la guerra. Se dejaron de llevar los trajes masculinos de tres piezas, las faldas se hicieron más cortas y estrechas y se presentó el escandaloso bañador de dos piezas. Era el nuevo estilo, el llamado «chic patriótico».

Hoy en día, las razones de reciclaje pueden haber cambiado, pero sigue siendo una pieza importante para reducir la sobreexplotación de los recursos naturales, disminuir la contaminación del aire y el agua y ahorrar energía.

Actualización: Green Forward.



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